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Los roedores, como modelos experimentales, han revolucionado la investigación científica gracias a su gran similitud genética y fisiológica con los seres humanos, así como a su rápido ciclo de reproducción, los roedores ofrecen una plataforma de estudio que permite a los investigadores entender complejas patologías, explorar mecanismos celulares y probar la seguridad y eficacia de nuevos medicamentos y tratamientos. En campos como la salud, la farmacología, la toxicología, la genética y la biomedicina, estos animales brindan información crítica que no podría obtenerse de otra manera. Además de su aplicabilidad en enfermedades comunes como el cáncer, la diabetes y enfermedades neurodegenerativas, los roedores son utilizados para investigar problemas más específicos, incluyendo trastornos mentales, enfermedades infecciosas y mecanismos de envejecimiento. La adaptabilidad de los roedores como modelos permite a los científicos manipular genéticamente a estos animales para crear modelos específicos de enfermedades humanas, lo que resulta en un enfoque detallado y personalizado en el estudio de enfermedades particulares y en el desarrollo de terapias innovadoras. El uso de roedores en la investigación está estrictamente regulado y se realiza en instalaciones especializadas (bioterios), donde se siguen protocolos éticos que aseguran el bienestar animal y la validez de los resultados obtenidos. Estos modelos experimentales son fundamentales en la investigación científica, ya que han llevado a descubrimientos clave que mejoran la salud y bienestar humano. Así, los roedores se han convertido en aliados insustituibles en la ciencia, siendo el primer paso hacia aplicaciones médicas que salvan vidas y amplían la comprensión del funcionamiento biológico humano.